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Cambios de gusto del consumidor: cómo han cambiado nuestros hábitos


Antes, los consumidores compraban por impulso y no estaban tan informados como actualmente. Existía una confianza ciega en los precios establecidos por las tiendas, empresas y distribuidores. De esta manera, el precio estaba marcado por la oferta, mientras que actualmente está marcado, en gran medida, por la demanda.

En los años 90 nacieron los primeros negocios e-commerce, anuncios pay-per-click, códigos QR o Google, creando nuevos horizontes para el consumidor. La aparición de herramientas impensables antes de la era digital tales como Smartphones, iPhones y Tablets ha dado una nueva dimensión al consumo.

Un estudio de Euromonitor sostuvo que los consumidores cuestionarán a lo largo de este año sus valores, prioridades y decisiones de compra, mientras en paralelo profundizarán su compromiso con las marcas y con los problemas que las implican.

Así pues, los compradores prefieren investigar por Internet sobre los productos que les interesan antes que hablar en la tienda con un vendedor. De hecho, según datos de PWC, el 80% de los consumidores a nivel global realiza una o más búsquedas online antes de comprar en tiendas físicas. Además, las herramientas más utilizadas a la hora de buscar catálogos y ofertas online son Smartphones y Tablets (72%), mientras que las búsquedas por web se van reduciendo cada vez más (actualmente 28%), según datos de Tiendeo.

La vida sana se verá reflejada en estilos de vida caracterizados por la moderación y la integridad. Esto se notará particularmente entre los consumidores de 20 a 29 años que crecieron en coyunturas de recesiones económicas profundas, terrorismo y problemas políticos. Eso hace que tengan una visión más amplia del mundo que las generaciones anteriores y, por esa razón, otra conciencia sobre el mundo que los rodea y su papel en él.

Por tratarse de grupos de consumidores austeros y haber sido protegidos por la unidad familiar, la Encuesta de tendencias de Consumo Globales de Euromonitor arrojó que "prefieren gastar su dinero en experiencias, como fines de semana fuera de la ciudad, festivales y restaurantes, donde pueden conversar con amigos o participar en alternativas sociales más saludables, como reuniones deportivas, que van desde el yoga hasta ejercicios de mayor intensidad".

En la actualidad, los consumidores se están sumando a la cultura del reclamo. Los consumidores acuden a las redes sociales para denunciar injusticias, llamar la atención, y obligan a las marcas a tomar acción rápidamente. El uso de las redes sociales no es solo para reclamar malas prácticas, también obligan a las empresas a tomar posición sobre temas actuales, como el cambio climático y los derechos transgénero.

Ante este panorama, las empresas están obligadas a tener mayor interacción en el espacio público y prepararse para enfrentar ya no sólo cualquier reclamo sino retroceso en las redes sociales.



Finalmente, el acceso a productos estará determinado en gran parte por las nuevas tecnologías. Los consumidores conectarán la percepción con la realidad y mezclarán imágenes digitales con espacios físicos antes de comprar algo. Las aplicaciones que muestran cómo quedaría un cuarto antes de pintarlo de determinado color son un ejemplo de ello.

La llegada de teléfonos más inteligentes más sofisticados permitirá incrementar el uso de realidad aumentada que ya tiene aplicaciones en la industria y promete hacer lo propio a nivel de consumo masivo.

 
 
 

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